CAMUS, SARTRE Y EL FBI

Andy Martin publicó un artículo titulado Los expedientes filosóficos del FBI sobre Camus y Sartre en la revista Sin permiso (22/12/2013). Allí nos explica que estos dos grandes intelectuales estuvieron espiados por el FBI.

Andy Martin, escribe que según J. Edgar Hoover: “todo era potencialmente una reescritura codificada del Manifiesto Comunista”, escribe Andy Martin. Los del FBI eran según el autor: «policías filosóficos» Camus i Sartre, estuvieron en el ojo de esta anti conspiración: “Así encontramos agentes de inteligencia estudiando trabajos académicos y asistiendo a conferencias» Sin embargo, con respecto a Sartre, tal y como nos indica el autor: «Resultaba un misterio para el  FBI: era imposible robarle información porque estaba desesperado por darla.»  Camus también fue perseguido por la CIA. El mismo Edgar Hoover, director del FBI ordenó a un agente especial que investigara a «Albert Canus» y un subordinado le escribió informándole que se llamaba «Camus» y no «Canus».

Camus practicó una estética de la discreción y la intimidad. Pero Camus, al igual que Sartre, tenía un valedor en la proto-CIA: Justin O’Brien, profesor de Francés en Columbia, y traductor de los diarios de André Gide. O’Brien había sido asimismo jefe de la sección francesa de la OSS durante la guerra, a la que se encomendó la tarea de “establecer redes de inteligencia tras las líneas alemanas en Francia”.

Sin embargo, Sartre no vacilaba en hacer pública su relación con Bertrand Russell, el Che, Fidel Castro y los Panteras Negras, además de manifestarse contra la intervención americana de Vietnam. Por esos tiempos, el FBI había abrazado la tesis del Tirador solitario en lo que respecta a la muerte de Kennedy. En lo que respecta a Sartre, también se le investigó para saber si apoyaba la postura de que Oswald no había sido el verdadero asesino del presidente Kennedy”.

En general, Edgar Hoover desconfiaba de todos los intelectuales, pero en particular de los filósofos. Y según Martin, creía que el «existencialismo y su variante del absurdismo eran sólo formas disfrazadas de comunismo».

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