Tras la retirada de la unión soviética en 1989, Afganistán se vio envuelto en una guerra civil en la que los talibanes ganaron el control y capturaron la capital, Kabul. A partir de ahí, introducen la Sharía, promoviendo prácticas denigrantes contra la mujer. En ese contexto, los talibanes protegieron al grupo terrorista Al-Qaeda. Después de los atentados del 11-S, en el 2001, Estados unidos invade Afganistán y se une a los afganos con la finalidad de establecer un gobierno democrático. Finalmente, algunos talibanes se escondieron en zonas montañosas y otros cruzaron la frontera hacia Pakistán. La cosa parecía estar controlada.
En el año 2020, Donald Trump negoció un acuerdo con los talibanes. Se pactó la retirada de las tropas estadounidenses del país a cambio de que los talibanes pusieran fin a los ataques. Esta última semana han avanzado apoderándose de Kabul y el palacio presidencial. Algunos medios de comunicación, aseguran que han entregado una carta de amnistía comprometiéndose a respetar la mujer y la participación de esta en la vida pública.
Frente a este hecho, la misma potencia que colaboró con los talibanes, que los formó, y que luego se enfrentó a ellos, ahora ha abandonado a los afganos a quienes protegió y vio progresar. Después de veinte años de sangre, sudor y lágrimas, abandonan a los afganos después de armar a los talibanes… Paradojas de la vida. Después de haber visto como la mujer empezaba a emanciparse, ahora las dejamos en manos de un Corán represivo. Un fracaso de occidente porque los talibanes han crecido económicamente y los países vecinos no harán otra cosa que apoyarles por intereses políticos y económicos.
Entiendo que el presidente heredó la decisión de Donald Trump. Pero me cabrea ese argumento imperialista de salvar a los compatriotas americanos. Como las películas: Hemos matado al malo y ahora nos retiramos. Está claro que EEUU piensa egoístamente y ahora no le compensa estar en Afganistán. Ahora nos venden la retirada, pero volverán y se instalarán, al menos en la frontera, con el motivo de proteger los Derechos Humanos y porque hay que repartirse el pastel. Afganistán es rica en minerales y el máximo exportador de opio. Esto no se puede obviar.
Estas fueron las declaraciones del portavoz del ejército talibán Zabihullah Mujahid “Les garantizamos que no habrá violencia contra las mujeres. No se permitirá ningún prejuicio contra las mujeres…” Pero atención porque la frase sigue: “..los valores islámicos son nuestro marco de referencia” ¿Lo vemos ahora? La Sharía es la interpretación que hacen ellos del Corán y es la que aplicarán: una cosa normal para ellos, pero una salvajada para nosotros. Con un inicio suave, pero con un final potente.
Por este motivo, no me extraña que la destacada presentadora de la televisión estatal Khadija Amín, haya contado entre lágrimas que los talibanes la habían suspendido a ella y a otras empleadas de manera indefinida. Estos veinte últimos años las mujeres han conseguido dirigir empresas y escuelas, tener cargos públicos, salir a la calle sin miedo… Todo esto se irá al garete y lo único que nos quedará será la esperanza: ¿Será ahora menos draconiana la interpretación de esta ley islámica? No lo creo. Eso sí, más estratégica y quizás más inteligente.
Ya hay indicios de que, al menos en algunas zonas, los talibanes han comenzado a reimponer el viejo orden. En algunas provincias, a las mujeres se les ha ordenado que no salgan de sus casas sin un pariente masculino que las acompañe. En Herat, al oeste de Afganistán, el martes, unos talibanes armados vigilaron las puertas de la universidad e impidieron que maestras y estudiantes mujeres ingresaran al campus, según testigos. En la ciudad sureña de Kandahar, un residente dijo que las clínicas de atención médica para mujeres habían sido cerradas. En algunos distritos, las escuelas para niñas han estado cerradas desde que los talibanes empezaron a controlarlas en noviembre. Además, Las mujeres de esa ciudad dijeron que estaban empezando a utilizar el burka de pies a cabeza en la calle, en parte por temor y porque anticipan las restricciones que impondrán los talibanes.
No me creo este tono aparentemente suave como tampoco me creo la complacencia de los talibanes. Simplemente me parece una manera inteligente de ganar una guerra: sin hacer mucho ruido. Pero no nos engañemos, la ley Sharía tiene un peso fundamental en los talibanes. La poligamia seguirá aceptada para los hombres, la prohibición de que la mujer se gaste dinero sin previo permiso de su marido, la prohibición de contarle a nadie lo que ocurre en casa, la tutela de los hijos para el marido, la prohibición de divorciarse la mujer, la obligación de cubrirse el cuerpo a partir de la pubertad y un largo etcétera. Me extrañaría mucho que en ese acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes se dijeran alguna cosa sobre el respeto a la mujer y a las minorías religiosas y sociales. Con la interpretación estricta de la Sharía, los talibanes castigaron al colectivo LGTBI ejecutándoles con lapidaciones o cortándoles la cabeza. Insisto, después de veinte años, el cambio en los talibanes es aparente y la única manera de no verlo es mediante un diálogo sordo. Los talibanes son la tradición más conservadora del país y los pastunes son sunitas con un código moral muy tradicional, muchas veces analfabetos al servicio de la Sharía.
Seamos claros, los talibanes existen porque Estados Unidos los ayudó en su momento. La ocupación militar creó un estado afgano de poco desarrollo. La presencia de los americanos no fulminó a los talibanes, simplemente los mantuvo a raya, con sus trapicheos y contribuyó exponencialmente en su economía: formándolos y vendiéndoles armamento. No dudo de la buena intención por parte de los soldados, ni de los dirigentes, pero esto no fue una ocupación globalmente humanitaria sino puramente militar y estratégica.
Básicamente veo dos opciones a nivel internacional: dejarles aislados monetariamente y tratar de cerrarles todos los ingresos por el narcotráfico presionando al mundo árabe que ayuda a los talibanes. La jugada quizás dependa del posicionamiento de China y Rusia con respecto del Talibán, teniendo presente que Alemania ha suspendido el pago de sus fondos. Si China y Rusia se ponen en su favor, las Naciones Unidas estarán obligadas a reconocerlo porque estamos hablando de dos naciones del consejo de seguridad. Por cierto, Estados Unidos se ha ido a casa y aunque con menos fuerza, sigue existiendo Al-Qaeda, Jamás y otros grupos terroristas que con la entrada en el poder de los talibanes, resurgirán. Y teniendo presente el apoyo de Irán, Pakistán, Arabia Saudita y Qatar, se hará peligrosa la posibilidad de un avivamiento del extremismo islámico. El terror internacional nunca dejó de existir y aunque los talibanes necesiten cierta tranquilidad para su estabilidad política y hagan el sacrificio del autocontrol, si no conseguimos pararles, las mujeres y los niños serán los más perjudicados. Algunos dicen que los talibanes ahora son diferentes. Les doy la razón: ahora llevan teléfono móvil y van un poco mejor vestidos, aunque siguen teniendo muy mal gusto.