APARENTAR EN REDES SOCIALES

Hoy me he entretenido un poco con las redes sociales. Uno de mis contactos ha empezado a salir con alguien, cosa que expresa con una fotografía en la que aparecen dos manos juntas y un breve texto: La vida es bella. Otra amiga ha colgado una foto, mostrándonos que está haciendo algo tan extraordinario como comer en un restaurante. Un vecino de mi pueblo, nos regala un posado con su equipaje profesional de runner, después de haber corrido unos cuantos kilómetros. La presencia constante en las redes y la necesidad recurrente de aparentar que somos felices, viene siendo muy común en nuestros días.

Vivimos con la tendencia constante al exhibicionismo y a mostrarnos felices frente a los demás. En un pasado, había cosas que formaban parte de la privacidad de una persona. O a lo sumo, algunas experiencias se compartían únicamente con los más allegados. Hoy en día, prácticamente todo ha pasado a formar parte del dominio público. El razonamiento, aunque no lo reconozcamos, viene a ser el siguiente: publico en redes sociales, obtengo likes y por consiguiente, me vengo arriba. Ahora bien, sabemos que eso de la «felicidad» son palabras mayores. De hecho, son muchos los tratados y teorías filosóficas que se han escrito al respecto de la Felicidad.Este fenómeno actual, ha llegado a ser objeto de estudio para muchos psicólogos y sociólogos…¿Por qué hay personas que necesitan publicarlo todo en sus redes sociales? ¿Por qué hay quienes publican una foto con una frase casi lapidaria, que claramente va dirigida, en forma de indirecta, a un ex o antiguo amigo? Los hay quienes felicitan a su ser querido o le demuestran su amor a través de las redes sociales. La idea es que todos se enteren de que existimos. Y también que sepan lo bien que nos va. En tanto que animales sociales, entiendo que de vez en cuando necesitemos una palmadita en la espalda. Ahora bien, cuando se tiene una necesidad imperiosa de hacerse ver y gustar, se demuestra un vacío existencial y una falta de autoestima brutal. En realidad, no hay que ser muy listos para entender que el ser humano vive en un continuo devenir y que nadie escapa de altibajos e inseguridades. Y ese afán de exhibirse y gustar al grupo, en definitiva, es un síntoma de fragilidad en tanto y cuando mostramos un falso yo. ¿Por qué iba alguien a estar preocupado de mostrar todos sus viajes, aficiones y fiestas? Piénselo ustedes. Curiosamente, no existe en las redes sociales el botón “no me gusta”; lo que sería lógico puesto que tenemos el “me gusta”, “me encanta” o “me divierte” Me pregunto: ¿Cómo reaccionaríamos si alguien pulsara el botón «demasiado superfial» o «no me gusta»? Es evidente que resulta cómodo vivir en la caverna. Ahora se está viendo como un sector de la sociedad, se desenvuelve hábilmente en redes sociales pero se bloquea en el mundo empírico.

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