Poli Diaz i Derek Redmond

Policarpio Diaz ha sido muchísimas veces campeón de España y, como todos sabemos, campeón de Europa. También sabemos que tuvo un mal momento en su biografía, de eso ya se ocupó la televisión de anunciarlo. Sin embargo, hay que ser inteligente y entender que los humanos convertimos un «un bache» ó en «fracaso» aquello que escapa de «lo normal». Existe en la humanidad la tendencia a etiquetar: feliz, infeliz, fracasado, exitoso, loco, cuerdo, bueno, malo…Pero ya lo decía el filósofo Nietzsche: «las palabras son mentiras con las que nos comunicarnos y que con el paso del tiempo pierden el valor, como las monedas» A veces, conviene relativizar para entender bien una persona, una situación o un problema de la vida real.

Si hablamos de Policarpio Diaz, en el boxeo ha conseguido grandes títulos,  títulos y reconocimientos que muchísimos púgiles españoles habrán soñado miles de veces. Su condición física ha sido una de las más potentes dentro del panorama deportista español. Pero claro, ahí estamos los humanos, que somos tan hábiles para etiquetar a un gran deportista y una gran persona cuando atraviesa dificultades. No hay que darle más vueltas, los existencialistas consideran que las dificultades forman parte de la vida y ayudan a ser «humano». El problema es que si las dificultades son de un protagonista, de un crack, entonces se convierten en el trampolín perfecto para blasfemar y calumniar.  Ya se sabe como funcionan los medios de comunicación en España, dan igual los contenidos, lo importante es el morbo, la carnaza…Esto es cuestión de la calidad televisiva, han preferido mostrar al «poli actor» o al «poli con problemas», antes que al «gran boxeador» o a la «gran persona»

He tenido la gran oportunidad de conocer a Policarpio Diaz. Es una persona simple y altruista que vive con su mujer y trabaja constantemente. Además de ser un gran entrenador, es una persona que ayuda a todo ser humano que lo precise (motivándolo al máximo). De esto podrian tomar ejemplo muchos de los «personajillos» televisivos que se las dan de «sobradillos»

La filosofía que transmite la figura de Policarpio Díaz me hace pensar en un video que me pasó mi amigo y antes alumnos Jordi Sanchis. En las Olimpiadas de Barcelona 92 el corredor Derek Redmond era uno de los favoritos para ganar. Había entrenado duro durante 4 años para ese gran día. Casualmente se lesionó. Nada más lesionarse, se levantó y empezó a andar, a continuación su padre saltó a la pista para ayudarle y le ayudó a continuar andando hasta entrar en meta, en el video podéis contemplar la conversación que tienen padre e hijo. El padre le dice: «Derek no es necesario que lo hagas» a lo que responde el hijo: «Sí que lo es».

Este video me hace pensar en Policarpio Diaz. En ningún momento ha abandonado la carrera. Dejó de ser el mejor boxeador, tuvo una lesión ( las lesiones no sólo son físicas), se levantó y continuó corriendo convirtiéndose en mejor persona, marido y amigo de sus amigos. Pero la bondad no está de moda, ahora está de moda el ser poderoso, dominante, explotador y robar todo lo que se pueda…

No os perdáis el combate de Poli Diaz frente a Whitaker en la disputa del título mundial. Queda claro que Poli pierde el combate, sin embargo en el asalto número 11, le da una lección a Whitaker derribándolo frente a la esquina. Es más, todo el combate es una lección de valentía, esfuerzo, perseverancia, insistencia, esperanza, paciencia y sobretodo una lucha consigo mismo.

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